Mientras densas olas de Hormigas de Cristal de Hierro Sedientas de Sangre cargaban con gran impulso, la arena amarilla llenaba el aire, y el polvo y la tierra volaban por todas partes.
Las Hormigas de Cristal de Hierro Sedientas de Sangre tenían cuerpos del tamaño de terneros con armadura rojo sangre, dientes afilados como hoces y seis patas de aspecto terrible.
Eran monstruos terribles que hacían que la gente temiera al escuchar sus nombres.
—¡Está aquí!
—¡La marea de hormigas se acerca!
—¡Apresúrense a enfrentar al enemigo!
El cuerno resonó por todo el cielo.
Los soldados apretaron sus espadas gigantes, los Magos apretaron sus varitas mágicas, y los arqueros apretaron sus arcos mágicos, y todos compartían expresiones solemnes.
Todos estaban tan nerviosos que se asfixiaban. Era su primera vez enfrentando una marea de hormigas, ¿podrían resistirla?