—Para ser honesto contigo, Señor Dios Bestia, ese fragmento de las leyes de fusión de la naturaleza es exactamente un fragmento de fusión de elementos trueno y hielo —dijo el Dios Dragón sonriendo.
—¡Un fragmento de las leyes de fusión trueno-hielo!
El Dios Bestia saltó de su asiento. Un temible poder divino pesó sobre el Dios Dragón, casi destruyendo su proyección de divinidad.
—¡Helibos, deberías saber las consecuencias de engañarme! —Los ojos del Dios Bestia taladraron al Dios Dragón.
—¡No me atrevo a engañarte, Dios Bestia!
La sonrisa desapareció del rostro del Dios Dragón, y dijo:
—¡Juro por mi espíritu divino que si hay alguna mentira en mis palabras, que me precipite a las profundidades del infierno por la eternidad y muera por mil fantasmas devorando mi corazón!
—¡Dámelo!
Los ojos del emocionado Dios Bestia brillaron intensamente.