—Tsk, qué alboroto.
En la distancia, sobre uno de los palacios, había un joven de cabello blanco plateado. Podía ver a la gente del Clan Noche Eterna que tenía rodeados a los Domadores de Bestias del Planeta Cerúleo, y un destello de burla cruzó su mirada.
Inmediatamente, su corazón se agitó. Sacó una cámara que había conseguido hace tiempo cuando invadieron el Planeta Cerúleo hace un siglo.
Apuntó al campo de batalla en la distancia y tomó la foto.
No era la primera vez que hacía algo así.
Después de la creación del Planeta Dios Antiguo, esto era prácticamente todo lo que hacía estos días.
En esta galaxia suya, los Cuernos Plateados eran los más élite de todos.
Pero también era por esto que muchos de los otros clanes se unirían y formarían equipo, si alguna vez se cruzaban con la gente del Cuerno de Plata, para derribarlos.