El cielo estrellado era ilimitado.
Un río de estrellas plateadas formado por numerosos planetas caóticos primordiales estaba conectado de extremo a extremo, haciéndolo parecer una serpiente gigante que accidentalmente había mordido su propia cola.
El río de estrellas estaba densamente poblado de planetas. Tenía pocas Auras Espirituales en el interior, pero no era como si no hubiera vida en absoluto.
Al mismo tiempo, brillantes rayos de luz plateados fluían por todas partes en el universo desde ese gigantesco y brillante río de estrellas, eclipsando todo lo demás.
Eso era el Qi del Caos refinado al máximo, que era antiguo y primordial.
El Qi del Caos era tan denso que formaba una bola gigante a manera de tejer una red gigante. Era una vista brillante y impresionante, pero también había un olor a muerte en el aire.
Cualquier criatura viviente que intentara atravesar esta corriente interminable de Qi del Caos sería asesinada cruelmente y se convertiría en parte de la corriente.