Después de haber usado las Esferas del Dragón y logrado su deseo, el grupo decidió dirigirse a Capsule Corp para dejar a Bulma y Tights. Mientras caminaban de regreso, Yamcha y Launch conversaban entre ellos, disfrutando de la calma tras la intensa batalla contra la Patrulla Roja.
Al regresar, encontraron a Yaco, el extraterrestre en Capsule Corp, con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Estoy tan feliz! —dijo Yaco con entusiasmo—. ¡La adivina me dijo que pronto conoceré a mi nueva novia!
—¿Ah, sí? ¿Cómo se llama? —preguntó Yamcha con una ligera sonrisa.
—¡Se llama Cheelai! —respondió Yaco, casi saltando de alegría.
El grupo lo miró por un momento, sorprendidos por su entusiasmo, pero luego se rieron, compartiendo su felicidad.
Yamcha soltó una pequeña carcajada, pero su mente seguía dando vueltas a una pregunta importante. Aprovechó el momento para hacerla.
—Oye, Yaco... —dijo, su tono más serio—. He estado pensando... ¿hay algún tipo de emperador en el universo? ¿Alguien que tenga control sobre todo esto?
—Sí —dijo, bajando la voz—. Hay uno. Su nombre es Freezer. Es un conquistador de mundos, y tiene un ejército de guerreros poderosos a su servicio. Muchos de ellos son mucho más fuertes que yo, decenas de veces más fuertes, tal vez incluso más.
El ambiente se volvió tenso por un momento, ya que todos se dieron cuenta de que Freezer no era alguien con quien se pudiera jugar. Yaco, al notar la reacción de todos, añadió:
—No se preocupen, Freezer está bastante lejos de aquí por ahora.El no se interesa por planetas de bajo poder de combate como el de ustedes.
Eso suena... aterrador —murmuró Launch, su tono más grave—. ¿Sabes qué planes tiene este tal Freezer?
Yaco negó con la cabeza.
—No lo sé con certeza, pero siempre está buscando nuevos mundos que conquistar. Aunque nunca se sabe con él... puede ser impredecible. Lo que sí sé es que sus guerreros son temibles, muchos de ellos... casi invencibles.
Yaco, ya con una sonrisa en el rostro, se despidió del grupo mientras se preparaba para partir.
—Bueno, me voy de este planeta a cumplir con mi labor de Patrullero Galactico. Tal vez en unos años más los visite nuevamente —comentó mientras miraba a Yamcha, Launch, Bulma y Tights.
—¡Te vamos a extrañar! —dijo Bulma, siempre optimista.
—Espero que todo te vaya bien allá —añadió Yamcha con una sonrisa.
—No olvides volver tenemos una revancha pendiente—dijo Launch
—No olvides pasar por Capsule Corp algún día —agregó Tights, con una expresión curiosa.
Yaco asintió con una sonrisa genuina.
—Gracias, de verdad. Quizá nos volvamos a ver. Cuiden bien esas esferas.
Con una última mirada, Yaco se giró y comenzó su camino de regreso a su hogar.
Yamcha observó el cielo por un momento, pensando en todo lo que había pasado, y luego se dio vuelta hacia el grupo.
—Bueno, ahora, ¿qué sigue? —preguntó con tono relajado.
—Supongo que tenemos más aventuras por delante —respondió Launch, mirando hacia el horizonte.
Yamcha asintió, determinado.
Yamcha y Launch se despidieron de Bulma y Tights, quienes decidieron quedarse en Capsule Corp para continuar con sus propios proyectos. El grupo estaba unido, pero ahora era el momento de seguir adelante con sus propios destinos. Yamcha y Launch emprendieron el viaje hacia el Monte Paoz, donde esperaban encontrar a Gohan y pedirle prestado su báculo sagrado.
Yamcha y Launch llegaron a la Montaña Paoz, observando con atención la entrada que conducía a la casa de Gohan.
Yamcha: (mirando alrededor)—Este lugar sigue igual que antes. Me siento como si estuviera de vuelta en casa.
Launch: (mirando las montañas)—Nunca me canso de este paisaje. Es... tranquilo.
Yamcha: (mirando la entrada de la casa de Gohan)—Y ahí está la famosa casa de Gohan. Vamos a ver qué está haciendo.
Al llegar a la entrada, empezaron a escuchar ruidos extraños. De repente, una gran sombra apareció, seguida de un rugido feroz. Yamcha y Launch miraron hacia el cielo y vieron que la luna llena brillaba con intensidad.
Launch: (confusa)—¿Qué es eso? ¿Por qué hay un rugido tan raro?
Yamcha: (preocupado)—Eso no puede ser... ¡Goku! ¡Se está transformando!
Launch: (mirando sin entender)—¿Transformando? ¿Qué quieres decir?
Yamcha: (corriendo hacia Goku)—¡Es un simio gigante cuando la luna llena está visible! ¡Su cola tiene el poder de transformarlo! ¡Tengo que cortársela antes de que pierda el control!
Sin pensarlo, Yamcha saltó rápidamente hacia Goku y, con un rápido movimiento, le cortó la cola, evitando que se transformara completamente en un simio gigante.
Goku, ahora de vuelta a su forma normal, cayó al suelo, inconsciente.
Launch: (sorprendida)—¿Qué... qué acaba de pasar? ¡¿Goku se transformó en un MONO GIGANTE?!
Yamcha: (suspirando aliviado)—Sí... cada vez que ve la luna llena, su cola lo convierte en un simio gigante. Si no le corto la cola a tiempo, se vuelve incontrolable.
Launch: (con los ojos muy abiertos)—¡Eso es... increíble! ¡No puedo creer que Goku sea capaz de... de eso! ¡Menos mal que lo detuviste a tiempo!
Gohan, que había estado observando desde su casa, salió corriendo hacia ellos.
Gohan: (sonriendo agradecido)—¡Gracias, Yamcha! ¡Gracias, Launch! ¡No sé qué habría hecho sin ustedes!
Yamcha: (encogiéndose de hombros)—Solo hicimos lo que teníamos que hacer. Goku es nuestro amigo, y lo ayudamos cuando lo necesita.
Launch: (mirando a Goku, aún sorprendida)—Es un desastre cuando se trata de su cola. ¡Nunca lo imaginé!
Yamcha: (mirando a Gohan)—Bueno, ahora que está todo bajo control, venimos a pedirte el báculo sagrado. Sabemos que es una herramienta clave para llegar a la Torre Karin.
Gohan: (pensando un momento, luego sonriendo)—Claro, lo pueden tener. Me an ayudado con Goku, no tengo problemas dárselos a ustedes.
Launch: (sonriendo, aliviada)—Gracias, Gohan. ¡De verdad lo apreciamos mucho!
Yamcha: (mientras toma el báculo)—Gracias, Gohan. Nos aseguraremos de devolverlo en buen estado.
Gohan: (despidiéndose)—Cuídense, y no dejen que Goku se transforme de nuevo en un simio gigante. ¡Nos vemos!
Yamcha y Launch, con el báculo sagrado en mano, se despidieron de Gohan y comenzaron su camino hacia la Torre Karin.
Yamcha: (mientras caminaban)—Ahora que tenemos el báculo, ya estamos un paso más cerca de nuestro objetivo. Lo único que falta es llegar a la Torre Karin y conseguir el acceso.
Yamcha y Launch llegaron finalmente a la Torre Korin después de un largo viaje.
Al llegar pudieron ver a Bora y un pqueño bebe recien nacido
Bora: (sonriendo y saludando con la mano)—¡Hola, amigos! Me alegra verlos. ¿Qué los trae por aquí?
Yamcha: (sonriendo mientras se acerca)—¡Hola, Bora! Venimos a pedirle a Korin que nos permita usar el báculo sagrado. Sabemos que es la llave para llegar a la plataforma donde vive Kami-sama.
Launch: (mirando a Upa con ternura)
—¡Qué lindo bebe!No lo había visto antes, es un niño adorable.
Bora: (sonriendo con orgullo)—Gracias. Upa está creciendo rápido.
Yamcha y Launch llegaron a la Torre Korin, listos para pedirle acceso al maestro para subir a la plataforma de Kami-sama. Al llegar a la cima, fueron recibidos por Korin, quien ya los conocía.
—¿Qué los trae por aquí, chicos? —preguntó Korin con una sonrisa mientras los observaba.
Yamcha, con seriedad, le explicó el motivo de su visita.
—Venimos a pedirte permiso para subir a la plataforma de Kami-sama. Necesitamos entrenamiento, y sabemos que tú puedes ayudarnos.
Launch, al lado de Yamcha, asintió con determinación.
—Queremos alcanzar un nivel aún más alto. Sabemos que Kami-sama tiene el conocimiento que necesitamos.
Korin, al ver su confianza, decidió ponerlos a prueba.
—Antes de permitirles el acceso, quiero ver si realmente son tan rápidos como dicen y tan calmados como el cielo. Si pueden demostrarlo, les daré los cascabeles que les permitirán ascender a la plataforma.
Yamcha y Launch intercambiaron miradas de entendimiento. No dudaron ni un segundo en aceptar el reto.
—¡De acuerdo! —respondió Yamcha, poniéndose en posición de combate. Launch lo imitó rápidamente.
Korin sonrió, sabiendo lo que iba a suceder a continuación.
—Entonces, que comience la prueba.
Yamcha y Launch comenzaron a luchar entre ellos. El combate fue rápido y fluido, ambos moviéndose con una velocidad impresionante, esquivándose y atacando con precisión. Aunque el combate parecía ser intenso, ambos mantenían una calma absoluta, demostrando que habían dominado el arte de mantenerse serenos incluso en la batalla.
La rapidez de sus movimientos y la serenidad con la que se enfrentaban uno al otro impresionaron profundamente a Korin. Finalmente, después de unos minutos, el combate terminó sin un claro vencedor, pero ambos demostraron lo que Korin quería ver: calma como el cielo y velocidad como un rayo.
Korin, satisfecho, les dio una leve sonrisa y se acercó.
—Bien, han demostrado ser dignos. Son rápidos y, lo más importante, mantuvieron la calma durante todo el combate. Les daré los cascabeles que necesitan.
Korin fue a una mesa cercana y les entregó un cascabel a cada uno.
—Ahora podrán ascender a la plataforma de Kami-sama. Buena suerte, y recuerden, lo que encuentren allá arriba puede cambiar todo.
Yamcha y Launch agradecieron a Korin y tomaron los cascabeles, listos para dar el siguiente paso en su entrenamiento.
Yamcha y Launch subieron al techo de la Torre Korin, donde Yamcha, con el báculo sagrado en mano, lo extendió hacia el cielo. Al hacer contacto con una plataforma flotante, el báculo se detuvo, y a su lado, unas escaleras de acceso se mostraron. Sin perder tiempo, ambos comenzaron a subir rápidamente.
Al llegar a la cima, se encontraron con el guardián de Kami-sama, el misterioso Señor Popo, quien los observaba con atención.
—¿Qué los trae aquí? —preguntó el Señor Popo, su tono serio y firme.
Yamcha, tomando la iniciativa, se acercó y sacó los cascabeles que Korin les había dado.
—Queremos conocer a Kami-sama. Korin nos ha dado acceso, pero nos dijeron que debíamos enfrentarnos a ti para llegar hasta él.
El Señor Popo observó los cascabeles, y luego, con una sonrisa contenida, respondió:
—Si quieren conocer a Kami-sama, primero deberán derrotarme. Solo los más fuertes pueden acceder a su presencia.
Yamcha y Launch intercambiaron miradas de determinación y se prepararon para el combate. A pesar de su gran esfuerzo, pronto se dieron cuenta de que el Señor Popo era mucho más fuerte que ambos. Cada uno de sus ataques era esquivado con facilidad, y sus golpes apenas hacían mella.
—Esto... no va a ser fácil —murmuró Yamcha, jadeando mientras intentaba recuperarse.
—No importa lo que pase, ¡no vamos a rendirnos! —exclamó Launch con firmeza, a pesar de estar agotada.
Tras un tiempo luchando, y con varias derrotas a sus espaldas, ambos se levantaron con más determinación que nunca.
—¡Déjanos entrar! —gritó Yamcha con valentía. —Hemos dedicado todo este tiempo para llegar hasta aquí, ¡y no nos vamos a rendir!
Launch asintió y, agotada, también expresó su firmeza:
—No importa cuánto tiempo tomemos. ¡Somos dignos de estar aquí!
El Señor Popo observó su voluntad y su resistencia, y después de un largo momento de silencio, finalmente asintió.
—Vuestra determinación es admirable. Volved mañana, descansad, y mientras tanto, demostraré que de verdad merecen conocer a Kami-sama.
Durante ese mes, Yamcha y Launch pasaron su tiempo entrenando y recuperándose bajo la supervisión del Señor Popo. Sin embargo, el lugar era de difícil adaptación debido a la altitud, donde el oxígeno escaseaba y el entrenamiento resultaba mucho más extenuante de lo que esperaban. Pronto se dieron cuenta de que su resistencia física sería puesta a prueba más allá de lo que habían imaginado.
Finalmente, tras un mes de entrenamiento y esfuerzo, Yamcha y Launch se pusieron trajes de entrenamiento especialmente diseñados que pesaban 300 kg. Era un desafío adicional, pero con la ayuda de sus consejos y técnicas, Yamcha y Launch empezaron a adaptarse al esfuerzo. Aunque la falta de oxígeno les dificultaba la tarea, su determinación y el trabajo conjunto les ayudaron a continuar entrenando durante otros seis meses.
En ese tiempo, cada día era un desafío mayor. Pero con la guía de Mister Popo, lograron mejorar sus habilidades y superar las dificultades físicas que los rodeaban, preparándose para lo que les esperaba al finalmente conocer a Kami-sama.
Después de seis meses de intensivo entrenamiento, Yamcha y Launch ya se habían adaptado a las duras condiciones de la Torre Korin. Sin embargo, su aprendizaje estaba lejos de haber terminado. El Señor Popo los había estado guiando de manera constante, exigiéndoles mucho más que fuerza física. Ahora, llegaba el momento de enseñarles a sentir y controlar el ki, algo que los llevaría al siguiente nivel.
Primer Paso: Sentir el Ki
El Señor Popo les explicó que, para poder controlar el ki, primero debían aprender a sentirlo. Era fundamental estar en armonía con su cuerpo y su energía interna. Sin la capacidad de percibir su propio ki, el control sería imposible.
—El ki está dentro de cada uno de ustedes. Es la energía vital que fluye a través de su cuerpo, pero no pueden verlo. Para sentirlo, primero deben vaciar su mente y concentrarse solo en su respiración —les explicó Popo con su tono calmado.
Yamcha y Launch, siguiendo sus instrucciones, se sentaron en una postura de meditación en el suelo, respirando profundamente, intentando despejar sus mentes de cualquier pensamiento innecesario. Al principio, fue difícil. Sus pensamientos siempre volvían a los entrenamientos, a sus logros, a sus metas. Pero después de varios intentos, Yamcha fue el primero en experimentar una leve sensación.
—Lo siento... —dijo con cautela—. Es como una corriente en mi pecho, algo cálido y que se desplaza por todo mi cuerpo... No sé cómo explicarlo.
Launch, aunque más impulsiva por naturaleza, también intentó concentrarse, pero no sintió nada al principio. Era frustrante. A pesar de su esfuerzo, no podía conectar con la sensación que Yamcha describía. Sin embargo, tras seguir las instrucciones de Popo durante varias semanas más, ella finalmente sintió lo mismo.
—¡Lo logré! —exclamó, sorprendida—. Es como si algo estuviera vibrando dentro de mí.
El Señor Popo sonrió suavemente, aunque sin mostrar demasiada emoción.
—Eso es el ki. El primer paso es sentirlo dentro de ti. Ahora deben aprender a expandirlo.
Segundo Paso: Expandir el Ki
El siguiente paso en el entrenamiento fue aprender a expandir el ki fuera de su cuerpo. El Señor Popo les explicó que esto era fundamental para muchas técnicas, como los ataques a larga distancia, pero también para medir el propio nivel de poder y detectar a otros a través de su ki.
—El ki fluye dentro de ustedes, pero también puede expandirse a su alrededor. Lo que deben hacer ahora es aprender a ampliarlo, como si estuvieran llenando el espacio que los rodea con su energía.
Para esto, Yamcha y Launch comenzaron a practicar proyectando su ki hacia fuera en pequeñas ráfagas. La sensación al principio era algo extraña, como si estuvieran tratando de empujar algo invisible.
—Sientan cómo el ki se expande más allá de su piel. Dejen que fluya hacia el aire, hacia la tierra... hacia todo lo que está a su alrededor —les instruyó Popo.
Aunque no era fácil al principio, Yamcha pronto logró expandir su ki en una esfera pequeña y visible, rodeando su cuerpo con una ligera aura de energía. Launch, aunque más lenta en comparación, también lo logró poco después, aunque la energía de su esfera era menos intensa.
—Ahora, la clave es mantener el ki concentrado. No dejen que se disipe ni se debilite. Este es el siguiente paso hacia el control total —les explicó Popo.
Tercer Paso: Controlar el Ki
El verdadero desafío llegó cuando Popo les explicó cómo controlar el ki. Esto no solo significaba mantener el ki en su interior, sino también dirigirlo con precisión. Desde pequeños movimientos hasta poderosas explosiones de energía, el control del ki era la clave para transformar a Yamcha y Launch en luchadores más poderosos.
—Para controlar el ki, deben entender cómo funciona la energía. No es solo fuerza bruta; el verdadero control es la precisión, la intención. Deben aprender a guiar su ki con voluntad, no solo fuerza —les dijo Popo mientras los observaba de cerca.
El entrenamiento fue arduo. Yamcha comenzó a experimentar con pequeñas ráfagas de energía, lanzando ataques de ki como los que había visto en los entrenamientos del Maestro Roshi. Aunque al principio no podía controlar su potencia y las explosiones eran débiles, con el tiempo fue capaz de concentrar el ki en pequeños puntos, creando esferas de energía que podía lanzar con más precisión.
—¡Lo logré! —gritó Yamcha, cuando por fin logró controlar una esfera de ki, lanzándola con una velocidad y precisión considerable.
Launch, por su parte, tuvo que luchar más con el concepto de dirigir su ki. Pero después de mucha paciencia y con los consejos de Popo, ella también logró crear una pequeña esfera de ki que flotaba sobre su palma.
—El control es lo más difícil, pero lo están logrando. Ahora tienen la capacidad de hacer que su ki trabaje para ustedes —les comentó Popo con satisfacción.
El Año Completo de Entrenamiento
Durante ese año, Yamcha y Launch pasaron por momentos de frustración, pero también de logros. Su comprensión del ki creció exponencialmente. Al principio, eran incapaces de mantener un pequeño flujo de energía sin agotarse. Pero después de meses de dedicación, cada uno de ellos fue capaz de canalizar su energía en ataques más poderosos y de mantener el ki por más tiempo.
El Señor Popo fue un mentor severo, pero sus enseñanzas fueron claves para el desarrollo de sus habilidades. Durante este tiempo, ambos aprendieron a usar el ki de formas cada vez más complejas, como sentir la presencia de otros seres a su alrededor y percibir fluctuaciones en el ambiente. El entrenamiento pasó a ser no solo físico, sino también mental.
En los últimos meses de su entrenamiento, Yamcha y Launch comenzaron a aprender cómo combinar el ki con sus movimientos físicos. El Señor Popo los desafió a realizar ataques de ki mientras se movían con agilidad, como si de una danza se tratara, sin perder el control de la energía. Cada vez, sus ataques se volvieron más precisos y poderosos.
Conclusión del Entrenamiento
Al final del año de entrenamiento , Yamcha y Launch ya no eran los mismos de antes. No solo habían mejorado su control sobre el ki y volar, sino que ahora poseían una mayor comprensión de sí mismos y de sus habilidades. Sus cuerpos se habían fortalecido y su mente estaba más clara. La habilidad de sentir y controlar el ki los había transformado en luchadores mucho más completos.
—Están listos para la siguiente etapa. Aunque aún queda mucho por hacer, ahora tienen una base sólida —les dijo Popo, mientras los observaba con una leve sonrisa.
Yamcha y Launch intercambiaron una mirada. Sabían que el camino por delante seguiría siendo difícil, pero ahora se sentían más que preparados para enfrentar lo que el destino les tenía reservado.
El Señor Popo finalmente les permitió conocer a Kamisama, el guardián de la Tierra. Yamcha y Launch, aún sintiendo el peso de todo lo que habían aprendido, estaban ansiosos por esta nueva etapa, pero también conscientes de lo que estaba en juego. Kamisama, un ser sabio y poderoso, los recibió con una mirada profunda y seria. La conversación que siguió fue crucial, no solo para ellos, sino para la seguridad del planeta.
Yamcha fue el primero en hablar, dirigiéndose directamente a Kamisama con una mirada decidida.
—Kamisama, la Tierra necesita más guerreros fuertes. El entrenamiento que hemos recibido es solo el principio, pero hay vida en otros planetas, y algunos de esos seres son mucho más fuertes que cualquier humano. No podemos estar tranquilos, porque podrían ser hostiles, y ni siquiera con este entrenamiento creemos poder enfrentarlos si llegaran a atacar la tierra —dijo Yamcha con seriedad.
Kamisama los observó atentamente, su rostro impasible, pero sus ojos mostraban que estaba reflexionando profundamente sobre lo que Yamcha acababa de decir. No pasó mucho tiempo antes de que respondiera.
—Estáis en lo cierto, jóvenes guerreros. Hay muchas cosas que ocurren más allá de la Tierra, y no siempre son benignas. He oído hablar de ese ser extraterrestre llamado Yaco, aunque nunca imaginé que pudiera ser tan grave. Pero si lo que decís es cierto, si esos seres son más fuertes de lo que imaginamos, entonces debemos prepararnos. La seguridad de este planeta depende de su fuerza, y está claro que la amenaza podría ser aún mayor —dijo Kamisama, visiblemente alarmado.
La mención de Yaco, un extraterrestre que muchos desconocían, hizo que Kamisama comprendiera que la situación era más grave de lo que él mismo había anticipado. En sus pensamientos, recordó que había visto indicios de seres de otros mundos, pero nunca había considerado que la Tierra estuviera tan cerca de un posible conflicto con ellos. Yaco, por mucho que fuera considerdo debil en todo el universo, era invencible en este planeta. Si alguien más poderoso que él llegaba, la Tierra crria el riesgo de ser exterminada.
Kamisama suspiró profundamente y, al final, su rostro mostró una mezcla de determinación y preocupación.
—Lo que dices es cierto, debemos actuar con rapidez. No puedo permitirme esperar a que la Tierra se encuentre en peligro. Debemos entrenar a todos los que puedan superar las pruebas de la Torre Korin. Si alguien es capaz de pasar esas pruebas, el entrenamiento del Señor Popo y el Mio los hará más fuertes que nunca —declaró Kamisama, tomando una decisión crucial.
Yamcha y Launch asintieron con comprensión, sabiendo que esta era una oportunidad única, no solo para ellos, sino para todos los guerreros de la Tierra que pudieran enfrentar este futuro incierto. Kamisama había tomado una decisión: cualquier ser que pudiera superar la prueba de Korin sería considerado para el entrenamiento de Popo y el, por ende, preparado para defender la Tierra.
—Te asignaré una nueva tarea Mr.Popo . Buscaré a aquellos que estén dispuestos a someterse a la prueba. Si logran superarla, los entrenaremos. Todos ustedes, incluyendo a los que ya han pasado el entrenamiento, son parte de la defensa de la Tierra —concluyó Kamisama.
El plan estaba claro. Yamcha, Launch y los demás se convirtieron en los embajadores de la prueba de Korin. Aquellos que pudieran soportar la intensidad del entrenamiento serían entrenados por Popo y Kamisama, convirtiéndose en los nuevos protectores del planeta. Sin embargo, en su mente, Yamcha sabía que el verdadero desafío aún estaba por llegar, y que su esfuerzo no sería suficiente si los enemigos eran tan fuertes como temían.
Así comenzó una nueva etapa para la Tierra: un periodo de preparación y reclutamiento de guerreros, que podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte para la humanidad.
niveles de poder:
Yamcha: 720
Launch: 712
Señor Popo: 320
Kamisama: 400