Subasta de Antigüedades

Unos días después, la mayoría de la gente había olvidado lo que sucedió aquella noche, excepto algunos que esperaban que la situación empeorara para poder burlarse de Chen Fan.

El incidente en la gala había impulsado a Si Yinxia a trabajar mucho más diligentemente que antes. Se sumergió en el estudio, el entrenamiento de baloncesto y el entrenamiento de Taekwondo, intentando todo lo posible para demostrarle a Xu Rongfei que él era la elección correcta para ella.

Un viernes por la tarde, Chen Fan contempló si debería regresar al condado de Si Shui para hacer una visita. Había estado fuera de casa por más de un mes y medio, y si contaba el tiempo de su vida pasada, eso habría sido más de quinientos años.

Entonces sonó su teléfono celular; era Wei Ziqin.

—Hola, ¿es el Sr. Chen? Habrá una subasta de antigüedades esta noche. Me preguntaba si estaría interesado en venir conmigo —Chen Fan escuchó la voz al otro lado de la línea. Estaba ligeramente sorprendido por la invitación.