—¿El Señor Susano está muerto? —Violeta retrocedió y murmuró para sí misma.
El giro de los acontecimientos fue un golpe devastador para los sacerdotes. El Señor Susano era su dios. Su devoción los había llevado a servir al Señor Susano mientras que el Señor Susano también correspondía a su servidumbre haciendo de sus súbditos una fuerza formidable en la Isla Kyushu.
Tan poderoso era el Señor Susano, que ni siquiera Chizuru Masahiro ni Genkaza Takeda se atrevían a desafiar al Dios Demonio. Tenía un poder inimaginable a su disposición y era tan mortal como un Cultivador del Estado Inmortal. Sin embargo, tal existencia divina fue eliminada por Chen Fan con un solo puñetazo. Les resultaba difícil aceptar tal realidad.
—¡Rompió la barrera hipersónica, rompió la barrera hipersónica! Por fin lo he visto con mis propios ojos —los ojos de Genkaza Takeda se iluminaron con sorpresa y emoción. Era como si hubiera descubierto un nuevo dios.