—Señorita Yukishiro Sa, ¿sería tan amable de honrarnos con su presencia a mí y a mis amigos en mi mesa? —Qi Dongsheng miró a Chen Fan y dejó de prestarle atención. Puso una sonrisa aduladora en su rostro y dijo:
— Siempre he querido conocer al Maestro Kitaniwakawa, sería genial si pudiera presentármelo algún día.
Sus palabras tomaron por sorpresa a Yukishiro Sa.
—Señor Qi, Kitaniwakawa ya está muerto —Yukishiro Sa esbozó una sonrisa incómoda.
—¿Qué? —Qi Dongsheng quedó desconcertado por la noticia—. El Maestro Kitaniwakawa era uno de los más poderosos maestros de Kendo en Japón, ¿quién podría haberlo matado?
Qi Dongsheng preguntó mientras la decepción brillaba en sus ojos.
Chen Fan observó su interacción desde lejos. Era evidente que Qi Dongsheng realmente no tenía idea de quién era él y lo que había hecho en Japón. Desconocía la serie de acontecimientos trascendentales que habían tenido lugar en Japón recientemente.
Yukishiro Sa miró a Chen Fan y luego respondió vacilante: