¿Cómo no me di cuenta?

El viaje al hospital transcurrió sin incidentes, aparte de los habituales mimos, abrazos y suaves susurros de preocupación. Aunque Jessica sabía que estaba embarazada desde hacía unas semanas, verse en camino al hospital debido al embarazo hizo que la verdad fuera evidente e innegable.

Al notar su comportamiento excesivamente tranquilo, Davis suspiró, su rostro revelando claramente el volumen de preocupación que giraba en su corazón.

—¿Tienes miedo? —preguntó Davis, sin apartar la mirada de ella. Dado la fobia de Jessica a los hospitales y el hecho de que este era su primer embarazo, no podía evitar preocuparse.

—Sí, lo tenía... pero tenerte aquí lo ha aliviado un poco, aunque no completamente —respondió con una pequeña sonrisa.

Había estado genuinamente preocupada de que su fobia se manifestara, pero la pequeña vida que crecía dentro de ella necesitaba todo el cuidado y atención posibles. Como médica, sabía que no podía permitirse negarle eso a su hijo.