(Narración del Autor)
Myra seguía mirando de reojo los rostros de Valiente y Alaric. Era como una sensación de «igual igual, pero diferente» para ella.
Alaric notó las miradas persistentes de Myra cuando ella inconscientemente se quedaba embobada mirando a Valiente. «No pudo lograr seducirme, así que ahora va a cambiar su objetivo, nada mal humana, tienes agallas», se burló Alaric internamente, detestando a Myra. «Pero no te dejaré hacer tu movimiento con Valiente».
Myra miró a Alaric esta vez y lo vio mirándola ferozmente. Su mano que sostenía la cuchara tembló un poco ante esa mirada viciosa. Se sintió culpable y luego descartó ese pensamiento, mirando fijamente a Alaric, desafiándolo. Alaric se burló e hizo un gesto, su pulgar cortando su cuello. «Intenta algo y serás carne muerta, humana».
—Lee mis labios, grosero fenómeno, lunático —movió la boca Myra mirando a Alaric. Había chispas volando entre los dos, ya que ninguno cedió.