(Narración del Autor)
La noche en curso parecía prolongada y terrible, llena de ansiedad y pensamientos temerosos para todos en la casa de la manada. El mañana se sentía más lejano para la familia Everest.
Todos estaban reunidos en la sala de estar, la atmósfera allí era bastante sombría. Por unos momentos, nadie pronunció una sola palabra y todos mantenían expresiones sombrías en sus rostros.
Noah, golpeando con su dedo el reposabrazos del sofá, rompió el silencio:
—Nora, ¿puedes contarnos a todos qué sucedió exactamente en el lago?
Nora, cuyo rostro estaba todo rojo por llorar, respondió con voz bastante ronca y áspera:
—Ejem, ejem. Papá, Mamá, hermanos, no sé exactamente cómo el Hermano Valiente resultó herido, cuando salió del bosque hacia Myra y hacia mí, ya estaba gravemente herido —sorbió mientras terminaba de decir esto, recordando el brutal aspecto de Valiente.
Sara le dio unas palmaditas en la espalda delicadamente: