(Narración del Autor)
Vertió el cubo lleno de agua mezclada con dos puñados de sal sobre Noah mientras éste gruñía con dolor ardiente. Las cadenas plateadas con espinas perforaban su piel y el agua salada hacía el dolor aún peor. Si alguien pudiera comparar su dolor, un humano normal podría morir solo por la sensación y un hombre lobo regular podría desmayarse allí mismo, pero Noah era un lobo extraordinario, un Lobo Lycan. Logró resistir.
La risa resonó dentro del calabozo mientras la persona sentada en la silla de ruedas reía fuerte e implacablemente ante el estado lastimoso y terrible de Noah. Gotas de sudor se formaron en su frente.
Noah reconoció la voz al instante, aunque todavía no había ningún olor proveniente de esa persona. Su mente se llenó de muchas preguntas: «¿Cómo, cómo es esto posible? ¿Me lo estoy imaginando? ¿O es~?»