Eres Una Excepción

(Narración del Autor)

Recomponiéndose, Myra entró en la habitación de Valiente con determinación. Pero lo que vio la desconcertó un poco. Yona, la criada que conocía, estaba dentro de la habitación de Valiente.

Lo que la dejó atónita no fue solo la presencia de Yona, sino lo que estaba haciendo. Esa criada estaba sentada en la cama de Valiente, inclinándose hacia adelante mientras sus dedos se demoraban en el pecho desnudo de Valiente. Myra no podía ver su expresión facial ya que su cabello la ocultaba, pero ese toque la hizo sentir extremadamente incómoda.

Antes de darse cuenta, palabras llenas de autoridad y ligeros celos salieron de su boca:

—¿Qué está haciendo, Srta. Yona? —Estaba un poco inquieta.

Yona, que estaba absorta en su acto, se levantó de la cama apresuradamente, bajó la cabeza y comenzó a dar excusas de inmediato. Estaba tan ocupada babeando por Valiente que ni siquiera escuchó los pasos de Myra o su entrada a la habitación.