(Narración del Autor)
—¿Qué haces aquí? —preguntó Myra con sospecha al ver a Alaric. No esperaba verlo a él de entre todas las personas.
—Yo... Yo te traje aquí —confesó Alaric, su tono era un poco culpable.
Myra captó eso y le lanzó otra pregunta:
— ¿Y cómo encontraste dónde estaba?
Ella lo había llamado antes pero la llamada se desconectó a mitad debido a la mala recepción, así que era imposible que Alaric supiera dónde estaba. Ese fue el único pensamiento que vino a su mente mientras le daba una mirada afilada e inflexible.
—*Suspiro* ...….. Te rastreé por tu olor —le dijo a Myra con sinceridad.
«¿Rastreado por mi olor? ¿Qué estupidez está balbuceando?» No entendía y pensó que Alaric solo estaba inventando cosas. «¿Qué es él, un perro? En realidad, lo es. Pero aun así esta explicación es~»
Sus ojos estaban llenos de escepticismo hacia él mientras le preguntaba directamente:
— ¿Fuiste tú quien los contrató? ¿Sobornaste a esos hombres?