—¿Hmm?
Justo cuando Han Yu estaba a punto de responder, de repente sintió un escalofrío en su corazón.
Levantó la cabeza, con la mirada afilada como el filo de una espada mientras fijaba sus ojos en la cima de la montaña hacia el norte, sus pupilas contrayéndose como la punta de una aguja.
Habiendo servido en el Equipo de Combate Especial de Gran Xia, Han Yu había pasado por innumerables crisis de vida o muerte, lo que le había otorgado una percepción sensorial única del peligro.
En ese preciso momento, sintió peligro, como si estuviera siendo apuntado por un rifle de francotirador.
Fue por esta razón que instintivamente miró hacia el norte.
Sin embargo, la sensación de peligro desapareció rápidamente, como si nunca hubiera ocurrido.
No había destello de mira telescópica en el lado opuesto, solo bosques densos e innumerables rocas.
«¿Qué está pasando? ¿Podría haberme equivocado?»
Mirando hacia la cima de la montaña del norte, Han Yu se acarició la barbilla y murmuró.