Ding-ling-ling...
Justo cuando Víbora se sentía complacido, su teléfono móvil sonó en su bolsillo. Rápidamente sacó el teléfono de su cortavientos y contestó la llamada.
—Hola, jefe.
—Hmm.
Al otro lado del teléfono, Sawa preguntó con voz profunda:
—¿Cómo va la situación?
Víbora mantuvo los ojos en el sedán rojo conducido por Han Yu y soltó una risita antes de responder:
—No se preocupe jefe, todo está bajo control. ¡El coche explotará en no más de quince segundos, Han Yu está prácticamente muerto!
Sawa asintió al escuchar esto y dijo gravemente:
—¡Bien! ¡Ten cuidado! ¡Este tipo es astuto y no tan fácil de manejar!
Víbora se mostró algo desdeñoso ante la precaución del jefe. En su opinión, el jefe Sawa estaba siendo excesivamente cauteloso. Ese Han Yu no era ningún pez gordo, habiendo sido manipulado por Masahiro Hekimura de Leopard. No había necesidad de tomar en serio a una persona así.
Percibiendo la subestimación de Víbora, Sawa le advirtió de nuevo: