Al ver el colapso emocional de la Srta. Song Yan'er, Han Yu no ofreció consuelo, sino que le dio palmaditas suaves en la espalda. —Llora, llóralo todo, y todo estará bien.
Han Yu sabía que la Srta. Yan'er estaba liberando su miedo y terror. Después de que ella lloró durante varios minutos, finalmente habló. —Nadie está libre del miedo a la muerte, Srta. Yan'er. Es normal que estuvieras asustada en esa situación. No es nada vergonzoso, y realmente no deberías angustiarte ni culparte.
—Quien debería estar reflexionando no eres tú, sino Song Zhiheng. Su ambición se tragó su conciencia, tanto que no dudó en dañar a su propio padre y sobrina, ¡ni siquiera perdonó a sus hermanos!
Han Yu realmente despreciaba a esta escoria, Song Zhiheng. Por sus propios fines egoístas, estaba dispuesto a matar a su familia y traicionar a su clan.
Si no fuera por mantener a Song Zhiheng como contrapeso contra el Grupo Financiero Ito, Han Yu habría querido matarlo.