Una Buena Cosa

Salvatore Breaux ladeó la cabeza mientras estudiaba la escena frente a él. René seguía actuando como si tuviera el control absoluto sobre todos y todo. Aún no se había dado cuenta de que todo lo que apreciaba se le estaba escapando entre los dedos como arena.

«¿Se lo vas a decir?», preguntó la voz dentro de su cabeza.

Salvatore luchó contra la sonrisa que intentaba escapar mientras observaba a René combatir el dolor ardiente cada vez que Alicia lo tocaba. La estúpida zorra ni siquiera se daba cuenta de que le estaba causando aún más agonía, pero...

«¿Es el masoquismo uno de los Siete Pecados Capitales?», le preguntó a la voz mientras René gruñía a sus hermanos. «Creo que ese le va mejor que el Orgullo».

«Mmm», murmuró Envidia, y Salvatore podía sentirlo observando el mundo a través de sus ojos. «Tienes razón. Pero Lujuria podría ofenderse por eso. Le gusta pensar que él es quien tiene el control cuando se trata de fetiches».