—¿Y estamos seguros de que esto es lo que queremos? —murmuró Max suavemente mientras giraba la cabeza en dirección a los supervivientes. Sus fuegos brillaban como faros de esperanza en la oscuridad, ofreciendo consuelo a todos los que lo necesitaban—. No hay vuelta atrás después de esto.
—Si no estás seguro, entonces regresa con René —suspiró Luca, poniendo una mano en el hombro de Max—. Sabes que nunca te forzaremos a hacer algo que no quieras hacer. Convertirse en el villano no es para todos.
—Qué dramático —gruñó Dimitri mientras un metal plateado parecía brotar de su piel, cubriendo sus nudillos con la dura superficie—. ¿Quién es tan tonto como para llamarse a sí mismo el villano? Somos Príncipes Encantadores... creando un reino para nuestra mujer.
—Me siento como si mamá y papá estuvieran pasando por un divorcio —suspiró Max, cerrando los ojos—. Y ambos me quieren.