Solo Una Niña Pequeña...

La sensación de puro mal penetró las paredes de la base naval donde Adán y Eva estaban discutiendo el siguiente paso con Réne y Alicia.

La voz de Eva se cortó a mitad de frase cuando Adam saltó sobre sus pies, con su arma en mano mientras miraba alrededor de la habitación.

—¿Qué fue eso? —exigió Alicia, poniéndose de pie.

—Eso fue... —comenzó Eva justo cuando hubo un golpe en la puerta.

—General Lapierre —murmuró el hombre en la puerta—. Tenemos alrededor de ciento cincuenta personas en la entrada, queriendo entrar. —El hombre parecía inseguro, y había una buena razón para ello.

La base simplemente no era lo suficientemente grande, ni tenía suficientes suministros para poder mantener a todas las personas que vivían dentro. Para empeorar las cosas, cada vez que había un nuevo grupo de sobrevivientes en la puerta, la lucha por los recursos limitados se volvía aún más intensa.