—No, ella tuvo que haberlo hecho —murmuró la esposa mientras acunaba a su hijo muerto en sus brazos y se mecía hacia adelante y hacia atrás—. Ella tuvo que hacerlo. Ella mató a William; ella lo mató. Sé que lo hizo.
Tanto Dustin como Eric me estaban mirando, y dejé escapar un suspiro.
—Te lo dije —dije, mirando a Dustin sin un rastro de remordimiento—. El precio de mi piruleta era su cabeza. No es mi culpa que no me hayas escuchado. Fui muy clara.
Hubo una larga pausa mientras incluso los otros sobrevivientes en la fila alrededor nuestro permanecían en silencio, observando cómo se desarrollaría esto.
—Tiene razón —dijo Eric al fin mientras me acercaba aún más a su lado—. Ella te lo dijo.
—Dante no te hubiera dejado salirte con la tuya —se burló Dustin—. Ella mató a mi hijo, así que necesita morir.