—Interesante —dije, con una sonrisa burlona mientras miraba al recién llegado—. En realidad estabas dispuesta a caminar a través del fuego por esta perra. Estoy impresionada.
—Yo caminaría a través del fuego por todos los médicos bajo mi cargo —anunció la mujer, yendo a pararse junto al médico al otro lado de la mesa—. ¿Qué está pasando?
—Se niega a desnudarse —anunció el médico original, con una mirada inocente en su rostro—. Le dije que no podría pasar este punto de control hasta que pudiera determinar si había sido mordida o no.
—Creo que todos podemos ver que eso es una mentira —me reí suavemente, apoyando la parte posterior de mi cabeza contra las costillas de Tanque. Él gruñó bajo en su garganta, y no pude contener mi carcajada cuando las dos mujeres palidecieron—. Después de todo, estoy aquí, completamente desnuda, esperando esta inspección. El hecho de que me niegue a estar desnuda frente a hombres extraños no significa que no esté cumpliendo.