¿Un Sueño o Una Pesadilla?

—Tienes que ayudarme —suplicó el hombre frente a mí, con los ojos muy abiertos mientras extendía una sola mano. Su otra mano agarraba los barrotes de la jaula en la que se encontraba. Era más grande que la mía; él podía arrodillarse en la suya incluso mientras luchaba por tocarme—. Por favor, ayúdame.

—¿Y cómo esperas que pueda hacer eso? —pregunté desde detrás de mis propios barrotes. Estaba acostada sobre mi estómago en ese momento, con las piernas dobladas detrás de mí. Podía sentir el frío del metal filtrándose en mi estómago mientras luchaba contra el escalofrío.

—Necesitas matarme; concedes deseos, ¿verdad? Todos aquí saben que puedes darnos lo que queremos siempre que lo pidamos. Y ahora te lo estoy pidiendo. Por favor, mátame. Quiero morir... necesito morir. ¡¿Por qué no te apresuras y me matas?!?