El pueblo

Aura regresó al día siguiente, ella se encargaría de ayudar y acompañar a su hermana estos últimos meses de embarazo pues su madre no podía asistirla. Para Aura venir a esta casa le resultaba algo incómodo, lo supuse en la forma que evitaba de mirar a Valentine y Gabe como si ellos la fueran a herir o algo así. 

Aquella noche pude ver que tenía un chelo entre sus cosas, aquel hermoso instrumento me recordó mi adorado piano blanco y la añoranza de su música.

Aura se dio cuenta cuando me quede con los ojos fijos viendo hacia la absoluta nada y pensando en tan maravillosos recuerdos.

- ¿Tocas algún instrumento? -dijo muy despacito y tan bajo que apenas escuché.

- ¡Sí! el piano desde que tenía 4 años ¿ese es tuyo?

Asintió con la cabeza y suavemente tocó una tonada dulce y triste que encajaba perfectamente con el día nublado y esa pequeña lluvia que rociaba la naturaleza. Cuando terminó aplaudí con una nueva sensación en mi alma y una gran sonrisa dibujada en mi cara.

- ¡Es hermoso, Aura!

- Gracias! Una vez di un concierto para una manada de ardillas -soltó sin ninguna sonrisa y a pesar de que quería reírme no lo hice, no deseaba ofenderla -ellas son mi mejor público, al igual que los azulejos, aunque ahora no hay, pues se han marchado al trópico. dejó el chelo y se apresuró acomodar sus cosas tranquilamente con una metodología cansona y muy pulcra, calcetines, bragas, ropa de dormir, de andar en casa, todo enumerado para cada día y perfectamente planchado. 

- ¿Cómo es vivir con ellos? -pregunto luego de ver a Gabe merodear por los pasillos. Ella parecía algo asustada de convivir con los hermanos de Javier como si eso le produjera malos recuerdos.

-Muy bien. Gabe casi siempre se encierra en su habitación y Valentine, el nunca está, siempre trabaja y vuelve en la noche ¿por qué? ¿te han hecho algo?

- ¡No! pero sé que me consideran extraña. No pueden comprender la forma en que soy y por eso se burlan de mi todo el tiempo, y sé que tú lo harás.

-Claro que no, Aura. Yo no soy quien, para juzgarte, no te preocupes por ello. Si quieres podemos ser amigas -dije dándole mi mano para que la estrechara.

 Aura la miro por unos segundos desconfiada pero luego la tomo y sellamos nuestro pequeño pacto, pues a pesar de ser excéntrica era una chica divertida e inusual.

-Nunca he tenido una amiga, Heaven, espero que me comprendas cuando no sepa cómo actuar como una. 

-Eso no se aprende Aura, eso es instintivo. Por cierto ¿me acompañaras al pueblo? tengo que comprar un tinte para mi cabello, ya se me ven estas horribles raíces.

- ¿Por qué te tiñes el cabello? pensaba que las rubias se sentía orgullosas de sus cabellos de oro.

-Pues yo no Aura, esta solo es una mala herencia, un recordatorio de lo que no me quiero convertir -asegure teniendo a mi madre en mente.

-Está bien, pero el rubio te quedaría mejor. sabes, una vez le teñí a mi gata la cola de rosa y no le gustó.

-¿Por qué hiciste eso?

-Pensé que se vería linda, todas las chicas llevaban sus cabellos así porque era la moda.

-Estas loquita-agrego con unas risas pequeñas y ella sigue pensando en lo que había hecho.

Más tarde la lluvia había cesado y todo estaba húmedo, pero un fresco muy agradable. El pequeño VMW de Aura nos llevó hasta el pequeño pueblo de villa Virginia en donde todos lucían con paraguas o impermeables de colores brillantes como parte de protección del agua. 

Ulises estaba contento de venir aquí junto a una pequeña lista de víveres que su madre le mando a traer, el niño se sentía casi como un adulto responsable por aquella tarea que le habían encomendado, así que los tres bajamos hasta un pequeño supermercado moderno que tenía todo aquel tipo de cosas que se necesitaba, desde comida hasta aparatos electrónicos.

Por los pasillos se escuchaba una música apenas perceptible pero muy armoniosas, fuimos hacía en donde estaba la leche, los cereales, helados, jamón, queso, pan, algo de vegetales y todo lo que fuera fácil de cocinar para evitar comer lo que hacía Laura. Paseamos un rato viendo las golosinas y los juguetes que eran toda tentación para el pequeño y sus ojos se enfocaron en una espada plástica con un escudo dorado que quiso enseguida.

- ¡Vamos, la quiero! -grito guindándose en mi pierna- ¡por favor princesa Heaven! ¿cómo te poder defender si no tengo el armamento apropiado? 

-Baja la voz Ulises-le regañe-no puedo llevarlo porque no tengo mucho dinero.

- ¡Por favor, tu sí! ¿verdad tía, Aura? anda, di que ¡sí! Tú tienes mucho dinero, por fa y te prometo que también te defenderé de los trolls con ella. 

Su llanto estallo colocando su carita roja y luego rara, no podía dejar de gimotear tan fuerte que las personas nos observaban con odio y otros más divertidos se burlaban por la forma de llorar.

-No llores Ulises. Por favor-digo de rodillas para mirarlo cara a cara-no tengo dinero para comprarte tu espada, pero sé que no necesitas eso para protegerme, tu eres fuerte por sí solo-Bese su frente y eso hizo que el llanto cesara y apenas unos alaridos salían de su boquita, revolví su cabello liso y castaño y limpie esas lágrimas poco a poco.

-Una vez llore porque mi mama no me quiso comprar unas patas de gallinas en la carnicería- Saco a relucir Aura mirando arriba con su boca abierta.

- ¿Para que querías patas de gallina tía?- Pregunto el pequeño curioso.

-Pensé que serían lindas llevarlas como aretes- Respondió orgullosa mostrando por primera vez una gran sonrisa. Te comprare unas galletas-revolvió su cabello y salió a toda prisa.

-Mi tía Aura es muy rara-dijo sonriendo. 

Ambos empujamos el carrito hacia la caja, una cajera de grandes proporciones y sonrisa amargada mascaba chicle de forma desagradable no le importaba que le viéramos, parecía tan sumergida en la manera que masticaba con su boca abierta aquella goma, que apenas nos tomó en cuenta. Los tres salimos con las bolsas llenas y las colocamos en ese carrito rosa con la cara de hello kitty, poco a poco un par de chicos se nos fueron acercando hasta saludar a Aura. La chica solo se quedó tiesa y sin emitir sido alguno, pareciera que había visto un fantasma cuando el más guapo le beso la mejilla y se me presento de forma amistosa.

- ¡Hola!, soy Kenny y este es Ben, ambos compañeros de Aurora-dijo con gran arrogancia y por el hecho de pronunciar mas su nombre solo hizo que frunciera mi ceño.

 -Es Aura-corrijo.

- ¡Sí!, lo sé. pero somos buenos amigos y siempre le digo así ¿cierto Aurora? Se volteó a mirarla poniéndola más nerviosa.

-Sí..si-tartamudeo un poco e incluso bajo su mirada.

-Ves, pero no me has dicho tu nombre.

- ¡Heaven!- Le digo algo renuente.

-Quien lo diría, eres muy...linda. Cuéntame ¿eres la famosa novia de Valentine? 

-No, solo somos amigos.- Respondí seca y molesta por esa forma de mirarme parecía que era bicho raro, una especie de nuevo espectáculo ante la pequeña mente de esa comunidad tan cerrada y acostumbrada a lo mismo.

-¡Ey!, tranquila. No trato de molestarte, solo queríamos invitarlas este viernes a una pequeña fiesta en casa de Ben ¿qué dices? ¿contamos con su presencia?-Frunció sus labios rosas y delgados, era tan pálido que si no fuera por el hecho de que estuviera en presencia del sol pensaría que fuera uno de ellos. Sera cerca del lago de la chica muerta.

-Quizás estaremos ahí- Respondí en evasiva y seguí derecho hacia otra tienda con ella.

- ¡Te espero!, no nos fallen señoritas-gritaron atrás.

La cara de Aura era algo melancólica y triste como si ellos emanaran malos recuerdos en la cabeza loca de esa chica, no paraba de abrazarse a sí misma y mirar al suelo tristemente como si esa fuera la forma de evadir al mundo entero. Desde el supermercado caminamos hacia un gran punto de encuentro que estaba rodeado de grandes árboles y arbustos floreados que lucían desnudos por el invierno. Justo frente a ellos un pequeño parquecito se mostraba alegre por los gritos de los niños y sus madres al jugar libremente, espere que Ulises se incorporara con ellos para hablar con ella firmemente.

-¿De dónde les conoces, Aura? veo por tu semblante que te han hecho algo muy malo ¿Por qué no me lo cuentas?.

Ella bajo más la cara y se desparramo en esa banca sintiéndose algo más que escoria humana y de algún modo me conmovió esa chica que no lucia tan fría como me parecía.

-Kenny va en la misma clase que yo. Desde pequeños siempre hemos estado juntos, e incluso una vez fuimos muy buenos amigos hasta que creció y se convirtió en una especie de líder en la escuela y se olvidó de mi hasta hace poco. 

Trago saliva con dificultad y se retiró los lentes para limpiar los vidrios empañados.

-Yo pertenezco al club de música y por ende doy concierto junto a todos mis amigos y él pensó que sería una gran broma enamorarme y besarme detrás del teatro como muestra de buena suerte, me empezó a tocar y besar hasta quitarme el brazier y la camisa deliberadamente, yo me deje llevar una cosa paso a la otra se abrió el telón y quede a la vista de todos desnuda, mis padres, mis compañeros, mis maestros, todos me miraban y tomaban fotos. Corrí de prisa para evitar quedar más expuesta de lo que estaba, pero fue inútil, sin darme cuenta ataron las cuerdas de mis zapatos y caí de bruces siendo la burla del pueblo entero- Gimoteo como un bebé y se posó en mi hombro por busca de comprensión y cariño, era muy triste que alguien fuera tan vil para hacer algo así con una chica tan dulce como ella, Aura era una cajita de sorpresa, una chica muy delicada y tímida que sólo deseaba encajar como todos.

-No llores más, ese Kenny es solo un bueno para nada que no merece una lagrima más, algún día la vida le cobrará todo lo que te ha hecho- Asegure conmovida por su relato.

-Sabes, es muy grato tener una amiga de verdad, Heaven. Sonrió, espero alguna vez que me puedas contar esas penas que guardas dentro de ti.

¿Sería capaz de contar tal calamidad? no estaba preparada para hablar sobre esa violación con nadie y cada vez que me acordaba solo me asqueaba conmigo misma, por eso no me creía con la capacidad de amar a nadie o no como la forma que Valentine quería. Ahora yo estaba demasiado triste e incapaz de decir palabra alguna. 

En casa había visitas, la sala estaba algo llena de risas jóvenes y escandalosas para cuando llegamos. Megan, Jared y Mike no estaban solos, pues con ellos otros 6 chicos más se paseaban con una botella en mano y entraban y salían, mientras una música salía desde el auto de Valentine. 

Laura no estaba por ninguna parte, Gabe seguía aun sumergido en su propia oscuridad dejándonos a los tres a expensas de aquellos muchachos alegres. Rápidamente en la cocina Aura me ayuda a preparar una cena suave para Ulises mientras el pequeño se dedicaba a su pasión por la pintura dibujando un montón de montañas y nubes delicadamente. Doy un breve vistazo a la reunión de chicos a través de la ventana y todos bailaban muy pegados mientras otros juagaban a las cartas o simplemente se dedicaban a besarse sin escrúpulos. Note a Valentine en la mesa redonda con Megan sentada sobre sus piernas diciéndole cosas que le hacia estallar de risa, ella colocaba su mano sobre su muslo enviándole a acariciarle seductoramente lo que ocasiono que una oleada de celos se manifestara en mi descomunalmente. Me escondí precipitadamente cuando él se dio cuenta de que lo miraba y más risas estallaron.

fruncí mi ceño y me senté a comer aquel espagueti con queso fundido que preparo amorosamente Aura mientras empezaba a charlar sobre cosas de su infancia y Ulises le miraba muy atento a cada palabra rara que decía. Mi atención solo estaba en aquella chica de piel bronceada y lindo cabello que no dudaba en dejar que Valentine le pusiera una mano encima ¿de qué me molestaba aquello? debería estar feliz porque al menos el no insistiría en algo que no sucedería, pero su traición era dolorosa, el tan sólo ayer decía que sentía algo por mí y hoy no dudaba en flirtear con ella.

La puerta de la cocina se abrió y él estaba con un vaso en la mano. Se acercó a la nevera por busca de hielo y se detuvo a contemplarnos, buscaba en mi algún gesto, un sentimiento, aunque fuera una mueca, pero no obtuvo nada solo yo comiendo como si nada hubiera pasado, fingí indiferencia y le deje ir tranquilamente sin levantar sospecha alguna de mis acompañantes. 

Me levante precipitadamente disculpándome por dejar la mesa, no hubo pregunta, ni presiones solo yo subiendo por las escaleras de madera hasta llegar a mi habitación, aunque la sombra silenciosa de Gabe se atraviesa y ambos nos sacudimos cayendo en lados diferentes, por primera vez observe su rostro por completo, era un chico muy guapo y varonil aunque con un poco de delineador en sus ojos caramelo, su cabello largo estaba algo rizado en las puntas y se movía libremente.

-¿Eres ciega o qué?-pregunto iracundo y me observo un momento con mucha curiosidad pero ya me había acostumbrado aquello siempre hacia lo mismo, solo que fingía no saberlo.

-Lo lamento, no quise hacerte daño.

 Como pude me levanté para entrar a mi habitación y ya de pie me encontré de nuevo con el quien soltó una risa seca e irónica.

-No te enamores de Valentine- Recomendó como si esta no fuera la primera vez que pasara- Ya alguien murió por ello- y salió de forma teatral, digna de ese chico cuervo dejándome pasmada por su revelación, esta era la primera vez que escuchaba su voz y lo tenía tan cerca que me resulto casi irreal como un sueño.

- ¿Qué fue lo que te dijo? -pregunto Valentine sin que escuchara sus pasos por las escaleras. 

Tenía sus brazos cruzados y parecía algo molesto por el contacto que había tenido con su hermano menor.

-Nada, solo que era una ciega- Y guarde lo otro para mi, no le daría explicaciones sobre lo que hacía.

-Gabe no está bien de la cabeza. No te recomiendo que te acerques a él- advirtió acercándose más y más a mí- Él puede hacerte daño y no querría lastimar a mi hermano por ello- confeso suspirando. 

Evitó un contacto directo cuando retrocedí un paso y se apoyó de lado en la pared junto a un cuadro de ellos de pequeños, todos riendo eternamente.

- ¿Porque tendría el que hacerme daño? yo no le he hecho nada malo-Hable desde la frontera entre el pasillo y mi puerta abrazándome a mí misma.

-Tu no, pero yo sí. Ambos nos hicimos daño- Admitió con su aliento etílico.

-Valentine, ven, la fiesta todavía sigue- Interrumpió Megan corriendo y dándole un gran beso en los labios que duro 6 segundos incomodos, la chica coloco las manos de el en su cadera y todo su vientre lo empujo contra el de forma apasionada.

- ¡Buenas noches! -es lo que digo cerrando la puerta de un tirón. 

Me acosté en mi cama con esas palabras en mi mente hasta que al fin me venció el sueño sumergiéndome en una especie de sueño pesadilla en donde yo no dejaba de mirarlo, sus ojos azules, sus tatuajes, su impecable sonrisa y cuando estaba cerca de él lo besaba con locura, mi pasión era desinhibida hasta que sus manos tocaron mi cuerpo y subieron a mis pechos exprimiéndole con tanta furia que grite y vi el rostro de Donald lleno de ira obligándome amarle sin cesar a pesar de mis gritos y mi llanto.

-Estoy cerca de ti, me dijo obligándome a despertarme sudorosa y con un dolor grave en mi pecho, podía sentir ese contacto aun fresco como si todo fuera sido tan real que no pude evitar correr hacia el baño y mirarme en el espejo. 

Con una locura desenfrenada me quito mi camisa y veo unos pequeños dedos morados como rastro de su ultraje. Ahogué un grito atónita y muerta de miedo, Donald me había atrapado, estaba muy cerca de mí, posé mi mano en mis labios aun siendo víctima de esa sorpresa.

La puerta de abre rápidamente y Gabe me mira con mi torso desnudo con sus ojos tan abiertos como plato, por un segundo miro mis pechos y mis cuervas hipnotizado por mi desnudes y solo huye de esa situación embarazosa al momento que cubro con mi camisa aunque para mí era tarde, reviví durante todo lo que quedaba de la noche aquel recuerdo que me impedía ser feliz, perturbada, ultrajada y con mi orgullo pisoteado no pare de llorar sola sin tener a alguien con quien contarle mis penurias, estaba segura que no podían entenderme y ayudarme, lo hecho, hecho esta y no había mas solución o por lo menos no una que me complaciera.

El día ya estaba presente y como era costumbre Ulises entro con energía a mi habitación y di un gran salto que me tomo por sorpresa. Beso mi delicada mejilla aun en pijama ansioso por este día que no era tan especial.

- ¡Despierta Heaven!, no seas así-y se trepo por mi cuello para levantarme.

-Ulises, deja a la chica en paz. ¿acaso no puede dormir tranquilamente sin que tú la despiertes?-Aura lo amonesto, se acercó y le dio una pequeña nalgada que solo lo hizo estallar de risa y huir de su madre-Disculpa Heaven, pero deberías colocarle seguro a esa puerta, ese chico es todo un problema- gruño por un instante, pero luego vio mi cara debía ser un espanto y se sentó a mi lado preocupada.

- ¿Qué te sucede querida? eres un desastre ¿te ha caído mal la comida?-Pregunto.

negué con la cabeza

- ¿alguien te hizo mal? 

 recibió la misma respuesta 

-¿entonces, que tienes? No me gusta que alguien como tu este con esa pesadumbre.

 Luego paso lo que tenía que pasar y ella soltó en llanto de manera espontánea dándome un gran abrazo y dejando fluir ese río de lágrimas hasta que se levantó disculpándose y termino su llanto en otro lado.