Grupo Fang

—Gordita Fang, ya has escuchado los pensamientos de todos, ¿no? La opinión pública refleja la verdad. Ni siquiera estás capacitada para ser la sirvienta de mi jefe —Liu Li aprovechó la oportunidad para atacarla.

Su jefe actualmente no podía oír nada. Podía calumniar a Gordita Fang tanto como quisiera sin experimentar ninguna presión.

Sería mejor si ella aceptara este golpe e intentara quitarse la vida.

La expresión de Fang Xinxin fue complicada por unos segundos, pero rápidamente recuperó la compostura.

—¡La verdad siempre duele, pero me encanta escucharla!

De hecho, con su figura actual, su tez oscurecida y su piel cubierta de acné, incluso las sirvientas de la Villa Yu Ting eran más atractivas que ella.

Pero después de tratar su acné y perder algo de peso, se convertiría en una belleza de clase mundial. ¡Entonces, definitivamente les dejaría a todos ciegos!

Liu Li la miró con incredulidad.

—Están diciendo que ni siquiera tienes derecho a ser su sirvienta. ¿Y lo estás disfrutando? ¿Se te metió agua en el cerebro?

—La dolorosa verdad dada por los transeúntes solo fortalecerá mi determinación de perder peso y recuperar mi belleza.

—¿Recuperar tu belleza? ¡Creo que te has vuelto loca! —Liu Li la miró como si fuera una demente.

—¿Qué sabes tú? ¿Cómo puede ser suficiente tener solo belleza para estar a la altura de tu Director Ejecutivo? —Fang Xinxin sintió un ligero impulso de llorar.

A los ojos de la mayoría de las personas que conocía, ella era la Tercera Joven Señorita del Grupo Fang. Era mimada, extravagante y cobarde por naturaleza.

De hecho, el Grupo Fang era ciertamente rico... sin embargo, ella era extremadamente pobre. En este momento, solo tenía alrededor de 9 dólares estadounidenses.

Y este era el saldo restante de sus múltiples trabajos anteriores.

Habían pasado años desde que recibió un solo centavo del Grupo Fang. Sin embargo, la Segunda Joven Señorita Fang Manxue andaba diciendo que ella había derrochado mucho de su dinero.

Realmente se sentía frustrada consigo misma por haber sido una inútil en su vida pasada.

«¡Fang Manxue, será mejor que esperes a que esta vieja se ocupe de ti!»

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Bai Qinghao era un hombre sobresaliente y exitoso. ¿Sería suficiente tener solo belleza para ser compatible con él?

¡Ella, Fang Xinxin, necesitaba trabajar duro y acumular riqueza. Necesitaba mejorar constantemente, para poder estar hombro con hombro con Bai Qinghao!

Liu Li encontró su respuesta ligeramente extraña. —Gordita Fang, ¿quieres decir que, incluso si alguien tuviera la apariencia, no sería una buena pareja para mi Director Ejecutivo? ¿También necesitarían inteligencia?

—¡Obviamente!

—Tu razonamiento es normal. Pero desde mi punto de vista, hay muy pocas mujeres en este mundo que sean compatibles con mi jefe. ¡Tú definitivamente no eres una de ellas! —Liu Li la miró como si fuera una criatura extraña—. Deja de soñar despierta. Olvídate de la inteligencia, ni siquiera tienes belleza.

—Si tienes el valor, ve y repite estas palabras a Bai Qinghao.

¿No sería eso buscar la muerte? En el instante en que su jefe tomaba una decisión, se mantendría firme en ella por el resto de su vida. Liu Li resopló. —No voy a caer en tu trampa.

—¿Así que no tienes el valor? Entonces solo eres un don nadie que solo sabe decir tonterías a espaldas de su jefe.

—Tú... —La expresión de Liu Li era feroz—. ¡No voy a discutir con una mujer gorda como tú!

Fang Xinxin se acercó a la puerta del SUV de Bai Qinghao y habló sin sonreír. —Pequeño Liu, ¡un día, esta reina te hará tragarte tus palabras!

El chófer de Bai Qinghao abrió el asiento trasero del SUV y extendió su brazo cortésmente. —Señorita Fang, por favor entre.

Claramente estaba señalando hacia el asiento trasero, indicándole que se sentara junto a Bai Qinghao.

Ella siguió sus palabras y se sentó.

El chófer cerró la puerta y rodeó el auto para sentarse en el asiento del conductor.

—¡Bah! 'Reina' mis narices. Mujer fea, solo porque mi Director Ejecutivo te mima, ¿realmente crees que eres la reina de un castillo? —Liu Li solo se atrevió a decir esto después de que la puerta del auto estuviera bien cerrada. De lo contrario, considerando el temperamento de su Director Ejecutivo, definitivamente enfrentaría graves consecuencias.

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