—300.000 USD.
Gu Linyuan apenas había logrado escapar ileso hoy. Si no fuera por la chica frente a él, ya estaría muerto.
Para él, el dinero no era una preocupación. —No hay problema.
Gu Linyuan esperó a que ella hablara, pero no lo hizo.
El ambiente se volvió algo incómodo.
Como hombre experimentado, Gu Linyuan reaccionó rápidamente. —Señorita Fang, ¿teme que no cumpla mi palabra?
Su mirada mostraba cierto descontento. —Este Gu nunca haría eso. Recibirá el dinero que le he prometido, sin que falte un solo centavo. Ahora mismo, mi teléfono está apagado y no es conveniente encenderlo. De lo contrario, ya le habría transferido el dinero.