Ella estaba mintiendo descaradamente, pero se las arregló para parecer tan sincera. ¿Cuándo aprendió esta basura estúpida a actuar tan bien?
—Fang Xinxin fue a confesarse a Bai Chenxi por su cuenta. Yo no... —gritó Fang Manxue con aflicción.
—¿Qué quieres decir con eso? Fuimos a buscar a Bai Chenxi juntas. Solo que tú te quedaste atrás en la esquina.
—En ese momento, noté que habías sacado tu teléfono para grabar, así que me aseguré de sonar convincente cuando me confesé. Tenía miedo de que no estuvieras satisfecha con la grabación y que quisieras suicidarte de nuevo... —dijo Fang Xinxin seriamente.
—¡Fang Xinxin, no digas tonterías! —El hígado de Fang Manxue le dolía por la ira que hervía dentro de ella.
Fang Xinxin solía ser una basura débil e insegura. Aunque le gustaba Bai Chenxi desde hace muchos años, lo mantenía en secreto y nunca se atrevió a confesarse.