—¡Es porque estoy viendo cómo pierdes la cabeza por la ira. ¡Me siento genial! —a Fang Xinxin no le importaba el estado de enojo de Fang Manxue.
El hermoso rostro de Fang Manxue se tornó feo por la rabia. Hizo todo lo posible por contenerse y recuperó la generosidad de una señorita bien educada.
—Soy extremadamente magnánima. No me enojaré.
—¿Es así? —respondió Xinxin con un tono indiferente.
Fang Manxue puso una mirada gentil y le lanzó una mirada seductora a Bai Qinghao.
—Director Ejecutivo Bai, ya que está aquí, ¿por qué no pasa a sentarse un momento?
La expresión en sus ojos parecía invitarlo a quedarse toda la noche y además en su habitación. Esperaba que él entendiera su intención.
Fang Manxue claramente estaba tratando de seducirlo, haciendo que Bai Qinghao frunciera ligeramente el ceño.
—Director Ejecutivo Bai... —Fang Manxue se mordió suavemente el labio inferior y adoptó la apariencia de una conejita insegura.