¿Durmió contigo?

Fang Xinxin suspiró. Miró a los ojos de Bai Qinghao con confusión.

—Bai Qinghao, eres tan inteligente. ¿Cómo permitiste que mi madre te estafara más de mil millones de dólares?

Afortunadamente, habían logrado recuperar la suma de dinero, aunque todavía les faltaban cien millones de dólares.

Sin embargo, castigar a la Familia Fang, acostumbrada a vidas cómodas, con tres meses de comida frita no era una mala opción.

Bai Qinghao la atrajo hacia su regazo. Un toque de cariño apareció en sus rasgos severos y afilados.

Su angustia se podía escuchar claramente en su voz.

—¿No es todo por ti? Cada vez que intentaba darte dinero, siempre me rechazabas. Me decías que tu madre te cuidaba bien. En el pasado, siempre mencionabas lo bien que te trataba tu familia. Como no querías mi dinero, pensé que, dándole el dinero a los miembros de tu familia, ellos te cuidarían en mi nombre.