Capítulo 7

Después de varias horas de cirugía, salí del quirófano a salvo. La operación fue exitosa, y mi hermano sostuvo mi mano felizmente.

Días después, mientras me recuperaba gradualmente, mi hermano nunca se apartó de mi lado, sin importarle siquiera la molestia de atender mis necesidades personales.

—Hermano... ¿mi rostro se recuperará?

Toqué los vendajes en mi cara.

—El doctor dijo que la herida no era profunda, fue tratada a tiempo, así que no debería dejar cicatriz. Y si la deja, traeré al mejor especialista en eliminación de cicatrices del mundo para tratarla, para asegurar que mi hermana vuelva a verse hermosa.

Sonreí débilmente y me acurruqué en los brazos de mi hermano.

—Hermano, es bueno que hayas venido, de lo contrario tu maravillosa esposa me habría matado a golpes.

—Es mi culpa, lo siento.

—Jeje, está bien, nunca te culpé. Por cierto, ¿dónde está Xinxin?