Capítulo 13

Cada día, vivía con el corazón en la garganta, llena de ansiedad.

Finalmente, llegó otra carta de casa.

Miré el grueso sobre, como siempre.

La mitad de mis preocupaciones se aliviaron.

Pero al ver la pintura de Gu Yuzhi en su valiente atuendo militar.

Lloré como un aguacero.

—Gu Yuzhi.

—Algo debe haberle pasado a Gu Yuzhi.

—Esta pintura tiene el toque de mi hermano.

Mi prima se apresuró a consolarme.

—Hermano no mencionó nada sobre el Joven Maestro en su carta.

—Así que parece que su vida no está en peligro.

—La buena noticia es que están regresando a la Ciudad Capital con las tropas.

—No deberían estar lejos de la Ciudad Capital ahora.

Corrí de vuelta a mi habitación, agarré mi pequeño bulto y cabalgué en Relámpago.

En solo cinco o seis días, me encontré con el ejército triunfante.

—¡Gu Yuzhi!

Me lancé hacia el ejército, sin prestar atención a nada más.

La infantería alegremente y con sonrisas me abrió paso.

Navegué suavemente a caballo hasta un carruaje.