Las cosas volvieron a la normalidad con Clarence fuera del panorama, los compañeros de trabajo fueron informados y a Jane se le dio una semana libre para poner en orden su salud mental.
Esto no solo mostró las fallas en las tiendas de Apple, la falta de una verificación de antecedentes era evidente en este tipo de gran corporación, pero tampoco se les podía culpar porque Clarence era un hombre que encontraba la manera de evitarla.
El hecho de que la policía no pudiera encontrarlo reafirmaba aún más lo escurridizo que era.
Clarence conocía a algunas personas, pero estaba claro que no le eran leales, ya que hacían lo que querían de todas formas.
Esto descartaba cualquier represalia por parte de terceros, ya que a nadie le importaba demasiado Clarence.
Priscilla había resuelto el caso y lo había vinculado con múltiples otros casos que quedaron sin resolver.
Esto le ganó el respeto de sus colegas, ya que estaban contentos de que las otras víctimas encontraran un cierre.