Kyle tenía muchas cosas entre manos, pero sabía que debía vigilar al hermano mayor de Jasmine porque no había forma de saber qué tan grave era su condición.
Esto no se trataba de la lesión que Kyle le había infligido, sino más bien del abuso de drogas al que había sometido a su cuerpo.
Sin embargo, antes de que nada de esto pudiera suceder, sonó el timbre de su puerta, informándole de un invitado no anunciado.
Kyle suspiró. Estaba harto de todo esto y sabía que tenía que hacer planes activos para vender su casa a unos pocos seleccionados, ya que se estaba convirtiendo en una figura pública.
Si su hogar era fácilmente accesible, podría generar problemas mayores en poco tiempo.
—Yo abriré —dijo Calista porque Kyle todavía estaba llenándose la boca con toda la comida que podía comer.
Kyle no le dio mucha importancia y le dio permiso porque, ¿cuál era el problema si ella estaba en su casa?