Kyle iba de camino a su misión principal y algo le dijo que estaba siendo observado.
Si la persona que le había enviado ese mensaje no era el hombre que conoció, entonces existía una buena posibilidad de que hubiera alguien más en el panorama.
No estaba seguro de quién, pero de cualquier manera, esa persona parecía querer ayudarlo, o al menos eso concluyó.
Kyle llegó a su destino, pero no fue lo suficientemente tonto como para usar su coche original y optó por alquilar uno de un concesionario cercano.
No había forma de que se lo negaran debido a la cantidad que ofreció. Pagó lo suficiente para comprarlo tres veces, pero por eso le permitieron saltarse el papeleo necesario.
¿Cuál era ese dicho sobre el dinero? Lo que el dinero no puede hacer, más dinero lo hará.
Kyle estacionó el coche e intentó controlar su respiración lo mejor posible, sabía que esto podría escalar a un escenario de vida o muerte.