Jane no sabía qué hacer con Jasmine porque nunca había cuidado de una niña antes, pero Jasmine se estaba cuidando a sí misma.
Sin embargo, Jane sabía que esta niña debía haber pasado por algo traumático—no era difícil darse cuenta con solo una mirada después de todo.
Esos no eran los ojos que un niño debería tener, pero Jane también sabía que un niño es frágil. No podía desencadenar su respuesta de lucha o huida.
Por eso trataba a Jasmine como trataría a cualquier otro niño, pero Jasmine no respondía como lo haría un niño normal.
—Quiero ver a hermano —murmuró Jasmine, haciendo pucheros mientras no respondía a Jane o a sus instrucciones.
Este fue el primer vistazo de Jasmine como una niña, ya que no siempre sería complaciente, pero Jane sabía que era importante mantener la calma.
Tampoco podía mostrarle a Jasmine que estaba llegando a ella, y por eso criar a un niño no era para los débiles.