—¿Crees que soy un héroe, que debería recibir un tratamiento tan lujoso? —Li Changzhou miró a Li Yuan—. ¿Cuántos recursos posee toda la civilización humana para permitir tal derroche extravagante para ti?
—Entiendo tu corazón, y estoy aún más agradecido, pero el enfoque no es del todo apropiado.
—Mi atención médica es completamente gratuita, incluyendo un subsidio único de 400.000, una asistencia mensual por discapacidad después de eso, y atención médica gratuita, con la expectativa de vivir hasta los 70... Ya estoy muy contento, el estado ha hecho suficiente por mí.
—Como te dije la última vez, nunca me arrepiento de mis decisiones. —La voz de Li Changzhou se suavizó, ya no tan áspera como antes.
Li Changzhou entendía en su corazón que lo que Li Yuan había hecho era por piedad filial, y por su propio bien.
—Tío, tienes razón.