El experimento con Príncipe había ayudado a Miguel a descubrir la mejor manera de maximizar el valor de la evolución de sus no-muertos: hacerlos más fuertes antes de la evolución para crear no-muertos aún más poderosos después.
Esa era la fórmula.
Desafortunadamente, Miguel no había tenido mucho tiempo en los últimos días para dedicarse a fortalecer a sus no-muertos. Para hacerlos más fuertes, necesitaban puntos de experiencia, algo de lo que Miguel tampoco tenía en abundancia.
Sin embargo, eso cambiaría en el futuro, una vez que ya no estuviera en constante modo de prisa y pudiera dedicar tiempo a otras actividades.
Mirando a Suerte y Príncipe, que ahora estaban frente a él, ocupados inspeccionando sus apariencias, un rastro de preocupación brilló en los ojos de Miguel.