Además de mostrar señales de dominación mental a distancia —algo que le permitía matar o controlar con facilidad—, se sospechaba que era al menos de medio a alto Gran Nivel.
Si eso no fuera suficiente, las investigaciones antes de que desapareciera revelaron que comandaba docenas de monstruos poderosos.
Nadie conocía sus límites, pero su existencia no podía ser tolerada.
El reino no tenía intención de prolongar una batalla extendida.
Querían terminarla con un golpe decisivo.
Pero eso no significaba que pudieran permitirse ser descuidados.
Había que hacer preparativos. Preparativos adecuados.
Mientras el atardecer daba paso a la noche, una orden silenciosa pasó por las filas.
Se seleccionaron exploradores. Vestidos con versiones más oscuras de su armadura plateada, fueron enviados al bosque en intervalos escalonados.
Su misión era simple: adentrarse profundamente, buscar anormalidades y regresar inmediatamente ante cualquier señal de peligro.