—Ayame, quiero que sigas siendo la guerrera valiente e incorruptible que eres ahora. Lo que te he visto mostrar hoy fue el mayor testimonio de tu carácter inquebrantable y valiente, y tu potencial ilimitado. Estoy seguro de que las hazañas que has logrado en este día permanecerán grabadas en mi memoria por la eternidad —dijo, tomando una respiración profunda.
«Me preocupa que si te dejo entrar en esa cámara saldrás como una persona diferente. Hay una diferencia entre ser una guerrera sin miedo y volverse insensible a los horrores del mundo. No necesitas presenciar tales atrocidades para probar tu fuerza. Tu habilidad, tu valentía, tu espíritu - brillan intensamente sin necesidad de que seas marcada por tal crueldad innecesaria», pensó por un segundo antes de continuar.