Pelea de Jefe con Motivación Abrumadora

—¡Cuando digo dormir en tus brazos, me refiero a abrazarnos durante la noche, no esperes nada más! —añade ella apresuradamente.

Una amplia sonrisa aparece en mi rostro.

—Ciertamente sabes cómo motivarme mejor, Ayame. Será mejor que recuerdes tus palabras porque no te dejaré retirarlas aunque me lo supliques.

—... Por supuesto. Nunca me retractaría de mi palabra.

Por supuesto que no lo haría, después de todo es una buena chica.

Vuelvo mi cabeza hacia mi oponente. Es hora de dar mi atención indivisa a este pájaro gigante hasta que exhale su último aliento y gane mi tan deseada recompensa.

Si hay algo de lo que puedo estar seguro es que Ayame no diría algo así si no creyera que tengo casi ninguna posibilidad de superar su desafío. Esto sin duda será una batalla cuesta arriba, pero una batalla de la que me niego absolutamente a retroceder.