Descansa en Paz

Con Blossom liderando el camino, nos movemos silenciosamente por el bosque, confiando en sus sentidos para localizar a los rezagados. Su afinidad con lo salvaje le permite detectar su presencia mucho antes de que ellos sean conscientes de la nuestra.

Encontramos nuestro primer objetivo: un orco solitario que se ha alejado demasiado de su grupo. Sus ojos escanean el bosque en busca de cualquier señal nuestra. Blossom hace una señal, y nos ponemos en posición.

Ayame es la primera en entrar en acción. El orco no tiene tiempo de reaccionar antes de que su espada encuentre su objetivo, y con un golpe limpio y rápido, cercena la fea cabeza del monstruo que cae al suelo del bosque con un golpe sordo.

Hay otro orco cerca, y es mi momento de brillar. Me lanzo hacia adelante con mi lanza apuntando bajo, y tomo a la criatura por sorpresa. Aúlla de dolor, pero el sonido es rápidamente silenciado cuando Blossom emerge de las sombras y su daga corta el aire para dar el golpe final.