Empezamos con los pasteles de miel y su pegajosa dulzura comienza a derretirse instantáneamente en nuestras bocas. Las tartas de frutas son las siguientes. Están rebosantes de sabores de bayas frescas y delicada crema. Blossom toma un gusto especial por los frutos secos caramelizados, masticándolos felizmente mientras nos movemos de puesto en puesto, asegurándonos de no perdernos ni un solo manjar.
Cuando el sol comienza a ponerse y el mercado empieza a calmarse, finalmente nos encontramos sentados en un muro bajo de piedra, rodeados por los restos de nuestro festín. Blossom se apoya contra mí con su cabeza descansando en mi hombro y su cola moviéndose perezosamente mientras saborea el último bocado de una manzana cubierta de caramelo.
—Eso fue increíble, pero estoy oficialmente lleno... —digo mientras trato de contener un eructo que amenaza con salir.
Blossom se ríe, dándose una palmadita satisfecha en la barriga. —Blossom también. ¡Este fue uno de los mejores días, Maestro!