Cueva

—Olvidémoslo entonces. Un enemigo acorralado es el más mortal. Tal vez ella todavía tenga algunos ases bajo la manga incluso si logras alcanzarla.

—Es lo que es, entonces. Además, Diablo, realmente no aprecio que te metas en mi pelea —expresa Ayame su frustración.

—Lo sé, soy plenamente consciente. También discutiremos esto cuando volvamos a casa —trato de calmarla tanto como sea posible.

—... Está bien —cede ella reluctantemente por el momento—. ¿Y qué es eso de que robaste un artefacto?

—¡Mira esto! —sonrío, incapaz de suprimir la alegría infantil que surge dentro de mí—. Meto la mano en mi bolsa y saco un pequeño objeto que no es más grande que mi palma.