Regalando 2

De repente, una risa brota de ella, inesperada y pura —un sonido tan poco característico de Blossom que me toma por sorpresa. Ella no es de las que suele reír en absoluto. No porque tienda a estar deprimida, sino más bien porque su cerebro distraído raramente capta el humor incluso cuando está justo frente a ella.

O simplemente no encuentra graciosas las mismas cosas que los humanos.

Los ojos de Blossom brillan, llenos de genuina felicidad.

—Hana le dijo al Maestro en ese entonces —dice entre alegres risitas—. Dijo que tomó la mejor decisión cuando juró su lealtad eterna al Maestro. ¡Sus instintos no podían haber estado más en lo correcto!