—Mierda. ¿Ya se acabaron mis sueños de algún día domar a la Diosa? —¿No puedes pedirle que me dé una segunda oportunidad? He sido un buen amo, si me permites decirlo. Si no hubiera sido yo, alguien más los habría comprado, y los habrían tratado mucho peor.
—... Dame un momento —dijo Malakar y luego permaneció en silencio por un momento—. Creo que estaba conversando con ella.
Luego hizo una mueca. —Laddy... Ella dice que compraste a una chica maravillosa a quien previamente le había otorgado la clase de Sanador. Dice que tienes suerte de no haberle puesto las manos encima, o habrías estado acabado, pacto o no pacto que la restrinja.