Tarde en la noche, bajo tierra del Valle Profundo, dentro de la Cueva del Cielo de los Ocho Escenarios.
Gu An estaba sentado bajo el Árbol Cang Teng leyendo un libro, con la espalda apoyada contra el tronco principal, dos zarcillos cayendo sobre sus hombros, amasando suavemente.
De repente, dejó el libro que tenía en las manos y se sentó erguido.
—¿Qué sucede, Maestro? ¿Es la fuerza demasiado fuerte? —el Árbol Cang Teng pronunció con una frágil voz femenina, lastimosamente.
—No, tengo algo que atender y necesito irme —respondió Gu An.
—¡Maestro, no olvide traer algo de cordero! —el Árbol Cang Teng sacudió su tronco, apresurándose a decir.
Gu An agitó su mano y luego desapareció del lugar.
Salió de los límites de la Suprema Secta y llegó a la cima de una montaña, cerca del final del otoño; el frío viento nocturno soplaba contra sus ropas mientras su mirada se dirigía hacia la distancia.
Sintió que Hao Long estaba en apuros.