Capítulo 392: El Sentido de Intimidad de An Yuan

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—¿Por qué aceptar el destino... por qué...

El muchacho temblaba por completo, sus ojos llenos de desesperación.

Nubes oscuras cubrían el cielo, como si el destino oscureciera su vida, sin dejar vislumbrar la luz del sol, sin dejar vislumbrar la esperanza.

La misteriosa mujer en el edificio no le respondió, ni le ofreció consuelo; ella había sentido esta misma desesperación cuando vio por primera vez esas dos palabras.

Ella no culpaba a ese hombre, pues él la había advertido antes de irse, pero ella no pudo resistir los consejos de su familia y se vio arrastrada al conflicto, causando que sus descendientes se escondieran en las montañas, lamentando la injusticia de su destino.

En ese momento, el muchacho sintió de repente un dolor agudo en su palma, lo que lo sobresaltó y le hizo arrojar el papel arrugado que sostenía.