En un área oscura dentro de una de las aldeas de novatos.
—¿Así que te enteraste del plan? —habló un hombre, su ID era Alba.
—Sí —frente a él había tres guerreros de piel plateada, los tres más fuertes de la aldea novata en la que se encontraba—, la atraparemos, no te preocupes.
—Bien, más les vale, de lo contrario no se les pagará, soy un hombre ocupado, así que háganlo rápido, ya tienen la ubicación —el tono de Alba era frío—. Entren a la villa, maten a cualquiera y todo lo que vean, y regresen, no quiero bajas civiles además de los que están en la villa.
—Entendido —asintieron los guerreros de piel plateada.
Junto a Alba había otros dos jugadores humanos, cada uno en silencio mientras dejaban hablar al líder.
Poco después, los guerreros de piel plateada se fueron, y los tres jugadores humanos se quedaron allí.
—Oye, Alba, ¿crees que esto funcionará? —preguntó uno de los hombres, llamado Sato.
Alba se rió, sacudiendo la cabeza.