El templo era colosal, con torres elevadas y tallas intrincadas grabadas en su piedra.
Antiguos símbolos brillaban tenuemente a lo largo de su superficie, su luz pulsando en una cadencia rítmica como si estuviera viva.
Se podían ver enredaderas moviéndose por las paredes, integrando el templo perfectamente en su entorno, pero el aura que emitía era inconfundiblemente ominosa.
—Este lugar... —murmuró Alex, su voz baja mientras escaneaba el área.
—Se siente... vivo —añadió Alice, agarrando su arco con fuerza, sus ojos moviéndose en busca de amenazas potenciales.
¡Ding!
[Has entrado en el área: "Templo Místico"]
[Dificultad Infernal - Nivel 300]
La notificación reafirmó su situación.
Alex entrecerró los ojos.
Un área de Dificultad Infernal no era broma, y aunque estaba muy por encima del requisito de nivel, sabía que el desafío sería brutal.
—Mantente alerta —advirtió a Alice.
Alice asintió en silencio, su expresión determinada.