—¿Por qué tengo que hacer esto? —se quejó Dominic—. Tengo una academia que cuidar para el Señor Odio...
—Porque eres el idiota que nos hizo perder el [Frasco de Sangre de los No Muertos], imbécil —respondió Kyofu, usando su lengua púrpura para matar a todos los enemigos en la [Cueva del Olvido] en cuestión de segundos.
—En realidad, si hubieras sido más rápido para atraparlo, estaríamos mucho más avanzados —replicó Yokubo, la única chica del grupo de comandantes.
Junto a ellos estaban Gekido, el caballero del sombrero rojo y Kento, el comandante con los tentáculos negros alrededor de su cuerpo, aunque ellos no hablaban.
En este momento, la [Secta del Odio] estaba participando en lo que solo podían llamar una de sus misiones más importantes: recuperar el [Corazón de la Calamidad].
La aparición de Alex ante ellos había sido no solo una maldición, sino también una bendición.
Porque justo después de que se fue, Lord X de repente se dio cuenta de algo.